(*) Por Fernando San Rome
Los Pueblos Indígenas son preexistentes al arribo de los colonizadores quienes reparando en su “aboriginalidad” conquistaron y dominaron durante siglos. El proceso de colonización además de incorporar y someter a los indígenas se caracterizó por la ocupación de los territorios que ellos habitaban y donde desarrollaban su cultura.
La constitución del estado nacional, los relatos cotidianos, los procesos históricos y las dinámicas culturales y políticas han apropiado la identidad de los Pueblos Originarios para ser asimilados a la Nación Argentina y así intentar de invisibilizarlos mediante criterios de homogeneización.
El modelo asimilacionista e integracionista del estado con respecto a la forma de vida comunitaria de los Pueblos Originarios está encuadrado en un enfoque que supone una relación hegemónica de la cultura del país en conformación, proceso que se consolidó a fines del siglo XIX.
Otros atropellos sufrieron los pueblos con la pérdida del derecho sobre la tierra y el “territorio”. Muchos conflictos y pérdidas humanas han provocado estos intentos. Los reclamos indígenas sobre el derecho a la propiedad de la tierra comunitaria han sido tomados como un acto terrorista y amparado por la legislación vigente. Junto con la pérdida de su territorio el “indio” pierde su cultura, altera la cosmovisión y su espiritualidad, se les arranca de las manos los alimentos y sus bosques.
Todavía el estado Argentino está infringiendo la ley y los tratados internacionales, ya que muchas tierras indígenas no han sido restituidas, ni han conseguido obtener los títulos de propiedad de las mismas como asegura el artículo 14 de la parte II, del Convenio número 169 de la OIT.
La araucanización de las pampas
Este concepto forma parte de un discurso con connotaciones de pertenencia territorial y cultural, con alto significado política en el marco de la construcción de un complejo de símbolos nacionales.
El proyecto liberal Mitrista incluía una inadecuación de los “extraños salvajes» que ocupaban un territorio que pertenecía a la nación argentina y problematizaba geopolíticamente la relación con el vecino país de Chile. Como siempre estos proyectos aniquiladores tienen un promotor intelectual que fue Estanislao S. Zeballos, inspirador del “roquismo”, y expuso sus pensamientos en el libro: “La conquista de las quince mil leguas” donde varios postulados confluyeron en la justificación ideológica de las campañas militares en particular la expedición al desierto.
Las “quince mil leguas” eran un territorio valioso para el estado en formación y valía la pena intentar su apropiación antes de que lo hiciera el estado chileno; que los pobladores indígenas de dicho territorio representaban la “barbarie” que amenazaba a la nación “civilizada”; que la subsistencia independiente de los indígenas de la región representaba un perjuicio para la economía «nacional» tanto por las «depredaciones» que sufrían las estancias como por el «tributo» (las raciones) que el gobierno se había obligado a pagar a algunos de ellos; y que el origen de estos indígenas eternamente “belicosos” estaba en Chile. La falacia consistió en extranjerizar a los mapuches y considerarlos chilenos mientras que los indios argentinos y civilizados habitaban el sur del Río Negro donde el territorio todavía no importaba. Zeballos consideraba autóctonos a los Tehuelches e iban a ser la base de la población argentina de la Patagonia.
A partir de allí el territorio fue definido como «vacío» y el Estado se propuso dominar para ejercer el control sobre los indígenas vencidos en la campaña genocida del desierto.
La persecución sufrida provocó una reacción durante los procesos de re-etnización, como el reclamo de tierras ancestrales y reconocimiento de derechos culturales, traducidos en diferentes formas de resistencia ante la masacre de cientos de miles indígenas, siendo sus autoridades asesinadas, proscriptas y gran parte de sus territorios confiscados, condenando al pueblo Mapuche al exterminio físico.
Ignorancia y brutalidad
La situación mapuche se agrava por varias razones. Algunas intrínsecas al Pueblo Mapuche por considerarse una Nación dentro de otra Nación, con leyes propias y reclamos ante la apropiación de tierras ancestrales por manos privadas como sucede en Chubut por el empresario Luciano Benetton.
A las crecientes demandas y reclamos por tierras y radicalización de la protesta por parte de organizaciones políticas mapuches se suma el pedido de liberación del detenido político Facundo Jonas Huala con solicitud de extradición por la justicia chilena. El primero de agosto las fuerzas de seguridad desalojan la protesta mediante represión, disparos de armas de fuego y balas de goma. Desde ese momento es desaparecido por la gendarmería el joven Santiago Maldonado y nuestra sociedad vuelva a sufrir como una pesadilla el hecho de una detención-desaparición como no ocurría desde la dictadura, porque la mano ejecutora fueron las fuerzas de seguridad y la ideología brutal brota de los representantes del estado argentino más precisamente del Presidente Macri, funcionarios del ministerio de seguridad y con el apoyo de la Sociedad rural, los mismos que aplaudieron desde tiempos pasados a Estanislao Zeballos y se apropiaron de las tierras pertenecientes a los Pueblos Originarios siendo algunos miembros del gabinete descendientes de aquellos terratenientes ladrones del suelo que habitaban los Mapuches
Estos hechos no son posibles sin el apoyo de la justicia conservadora y los medios de comunicación hegemónicos que defienden la propiedad privada ilegítima, así como del periodismo militante al estilo Jorge Lanata que considera la resistencia mapuche como una “guerrilla indígena”.
Otra brutalidad comete la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quizás por ignorancia, quien dice: «No vamos a permitir una república autónoma y mapuche en el medio de la Argentina; esa es la lógica que están planteando, el desconocimiento del Estado argentino, la lógica anarquista». El concepto lleva implícito la adjudicación del mote de terroristas que justifica cualquier intento de represión y detención ante la protesta social.
Nada más parecido al proceso aniquilador de Roca, uno de los genocidas más feroces de nuestra historia. Para el gobierno actual en estos casos sí el estado es importante, para imponer el orden y la defensa de la propiedad y el capital privado, en eso son implacables.
También la fuerza del estado y las políticas dirigidas a consolidar un proyecto político neoliberal conservador hace salivar las mandíbulas a los nostálgicos de la época de plomo que esperan desalentar toda manifestación popular y excluir indios e insurrectos. Nada más brutal y explícito. Ayer Estanislao Zeballos fue el inspirador de la conquista del desierto y hoy las políticas “republicanas y liberales” son instigadoras de este proceso represivo ante todo reclamo por las tierras ilegítimamente apropiadas a los Pueblos Indígenas de nuestra patria y a todo intento de defensa ante la pérdida de derechos de las mayorías populares.
(*) Medico y maestrando en Antropología social y política – FLACSO
Siempre informado sebastian y dejas al descubierto la intencion que hay detras de la nota……
Costo pero lo logramos, se termina la mentira mapuche, viva la patria!
que feo es hacer un nota con tinte politico y del berreta demostrando el resentimiento y el fracaso del modelito.
1 Los araucanos -hoy llamados mapuches- no son «originarios» del territorio de la Argentina.
2 Los «patagones» eran los antiguos tehuelches
3 Los malones indios incendiaban casas y campos, degollando a todos los varones, robando mujeres por las que pedían rescate y llevando arreos de hasta 50.000 vacunos que luego vendían en Chile.
4 con fuerza militar, los araucanos batieron y absorbieron a nuestros tehuelches, en general pacíficos, hasta la lengua perdieron
5 no existe la palabra mapuche, se habla sólo de pampas, puelches, ranqueles, etc. La palabra mapuche se adoptó en 1950
6 Facundo Jones Huala es blanco o tiene la leve cuota de sangre india que tiene la mayoría de los criollos que habitan estas tierras. Sus dos apellidos, uno galés y otro araucano, son muy frecuentes en nuestro sur.
7 Si mañana tres vikingos noruegos reclamaran el castillo de Windsor en su condición de pobladores originarios, los correrían a azotes.
No se olviden que Peron les dio tierras a los pueblos originarios en la decada del 50 y los mapuches NO estaban entre ellos, si los tehuelches, pero los mapuches son originarios de Chile.-
falta maradona vestido deverde