El pasado martes, Sara Ledesma comenzó a trabajar como telefonista en el Hospital Municipal de Chivilcoy, siendo así la segunda incorporación al Municipio de Chivilcoy, en el marco del cumplimiento a la adhesión local a la Ley cupo laboral trans, “tuvo que aprobarse la ordenanza para poder trabajar como me auto percibo” apunta, “no quiero que me acepten, sólo quiero su respeto” les dijo a sus nuevos compañeros y compañeras de trabajo.
La ley 14.783 de Cupo Laboral Trans, también conocida como Ley Diana Sacayán, fue sancionada en diciembre de 2015 y establece “la obligatoriedad de ocupar en una proporción no inferior al 1% de su personal a personas travestis, transexuales y transgénero” en todo el ámbito estatal de la provincia de Buenos Aires.
En su Artículo 1° la ley señala además que el cupo será reservado a personas de la comunidad trans que reúnan las condiciones de idoneidad para el cargo y establecer reservas de puestos de trabajo a ser exclusivamente ocupados por ellas, “con el fin de promover la igualdad real de oportunidades en el empleo público”.
La ley fue impulsada por la diputada del FpV de Lanús, Karina Nazábal, y los registros datan que sería la primera vez en el mundo que se lograba una reivindicación como esta para la comunidad LGTBYQ, pero no obstante, un mes después de su aprobación, Diana Sacayán fue brutalmente asesinada. Y un año y medio después, no ha sido reglamentada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
En Chivilcoy, el Concejo Deliberante aprobó la adhesión por ordenanza a dicha ley, en noviembre del año 2016, gran pulseada ganada por la comunidad local y el acompañamiento de la voluntad política (algo que no se replica lamentablemente en el resto de la provincia) consiguiendo en primer término la incorporación de Evangelina Jiménez en los primeros días de marzo del 2017, quién actualmente se desempeña como mucama en el Hospital Municipal, proyecta terminar sus estudios con el plan FINES e ingresar a la carrera de enfermería el año próximo.
Recuerdo que cuando Eva compartía su felicidad por haber logrado trabajo, fue Sara la que me dijo en la cobertura periodística de la noticia que anhelaba ser la próxima. Y lo fue. “Creo en Dios y en mi abuela” me dice, y eso fue porqué no me alcanzó entrevistarla de rigor en su nuevo puesto de trabajo y se vino un “bonus track” vía telefónica de esos que me hacen decir “privilegio del oficio”, el cual agradezco y pretendo ennoblecer en estas líneas.
“Estoy cocinando, pero con gusto hablamos” me dice risueña cuando la llamé. Con sus treinta y dos años trasmite una jovialidad y alegría inusitada, de esas que son ganadas después de lágrimas en exceso, “no todo fue de colores en mi vida” reconoce esta mujer trans oriunda de Alberti y aquerenciada en Chivilcoy en el Barrio Sur, donde comparte terreno con su mamá, y un hogar con un compañero de vida, “ayer justo conocí a mi suegra” dispara serena, feliz de su presente.
“Conocí a Vicky hace catorce años” cuenta sobre la referente de la comunidad y de ATTTA Chivilcoy (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina), Victoria Ocampo, quien además es integrante del equipo interdisciplinario del Consultorio Amigable Chivilcoy que funciona en el CIC Sur, “en esos momentos yo no era Sara y Vicky no era Victoria” reconoce, “nuestra lucha era individual, cada una tenía su historia, había que pasarla, pero con los años supimos que esa lucha podía ser colectiva y acá estamos”.
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Sara tenía veinte años y quería “definirse”, así cataloga su transición a su verdadera identidad de género, “pero no me dejaban, si quería trabajar no podía hacerlo así, la opción era la prostitución, y hoy sigue siendo la opción para muchas chicas trans que están en la calle”.
Éramos muchas y salimos todas juntas a la calle, así nos cuidábamos” narra acerca del combo letal y vulnerable que resulta si se le suma a la prostitución, las drogas, el delito y la violencia, “esa no tiene porqué ser nuestra realidad, nosotras fuimos creciendo y muchas decidimos dejar esa vida y luchar, no quedarnos, aprender y apostar a salir adelante, pero no es fácil, no es para todas así”.
“Tuvo que aprobarse el cupo laboral trans para que pueda conseguir un trabajo digno tal como me auto percibo” enfatiza sin rodeos y destaca “en el Hospital me recibieron muy bien todos mis compañeros y el director, estoy muy contenta, pero les dije: yo no quiero ser el blanco de chistes o de burlas. No quiero que me acepten, sólo les pido que me respeten”.
Por Valeria Trongé
Victoria Ocampo, que integra la de la Asociación Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina (ATTTA) filial Chivilcoy, manifestó que “la comunidad LGBT de Chivilcoy está de fiesta, a pesar de que costó mucho, que venimos luchando desde la aprobación del cupo laboral para personas trans”.
la opcion era la prostitucion ? si se hicieron trans porque les gustaba prostituirse
Dar puestos de trabajo solo por la condicion de trans no es logico, Se deberia capacitar y hacer una eleccion dentro de las trans, no les niego el derecho a trabajar dignamente pero por favor. Haganlo como corresponde