El acto tuvo lugar en la Plaza Belgrano, en el Día de la Bandera, al cumplirse el 205° aniversario del fallecimiento de su creador, el general Manuel Belgrano.
En una jornada cargada de emociones, estudiantes de diversas escuelas primarias de Chivilcoy cumplieron con esta tradicional ceremonia cívica. Este acto, que trasciende generaciones, busca inculcar valores como la libertad, la tolerancia, la justicia, la igualdad, la paz y la solidaridad.
Su origen se remonta a 1909, cuando el Consejo Nacional de Educación instituyó que las escuelas celebraran el juramento colectivo el 9 de julio. Con el tiempo, este gesto se reformó y ahora conocemos como “Promesa a la Bandera”, destinada exclusivamente a estudiantes de cuarto año del nivel primario.
Bajo un cielo celeste y blanco que hacía honor a los colores patrios, este jueves por la mañana se vivió uno de los momentos más emotivos del año académico. En presencia de autoridades locales, docentes y familias, los verdaderos protagonistas del día fueron los niños que expresaron con orgullo «¡Sí, prometo!» frente a la enseña patria.
En este marco, durante su alocución, el intendente Britos llamó a reflexionar sobre el ejemplo de Belgrano, quien murió joven y en la pobreza, luego de haberlo dado todo por la nación. “Cuando vemos nuestra bandera flamear, sentimos orgullo de ser argentinos. Ese símbolo representa el alma de la patria y Belgrano nos dejó un legado claro: poner a la patria por delante de los intereses personales”, sostuvo.
Por su parte, la inspectora del nivel primario, María Laura Bianchi, en su discurso, destacó el valor de la bandera como símbolo de unión y libertad, y llamó a renovar el compromiso con los valores que representa; a la vez que, enalteció la figura del General Manuel Belgrano.
En otra parte del acto, alumnos de las escuelas N° 3, 4, 8, 23 y 30 se unieron para homenajear a todos los estudiantes que hoy asumieron este compromiso y realizaron una expresión corporal con la canción “En el país de la libertad” de León Gieco y con los colores celeste y blanco como protagonistas.
El evento culminó entre aplausos cálidos, abrazos emocionados y numerosas fotografías para recordar el momento. Más allá del protocolo, quedó en estos niños la certeza de sentirse parte de la historia, siguiendo este legado que exalta nuestra identidad.