El dirigente social Juan Grabois fue demorado ayer en el aeropuerto internacional de Bogotá y expulsado de Colombia, a donde había llegado como parte de una misión de veedores argentinos para seguir de cerca presuntas violaciones a los Derechos Humanos en dicho país en medio de una escalada de violencia, con represión a las protestas y decenas de muertos y desaparecidos.
El colaborador del Vaticano, quien fue retenido en un pequeño cuarto del aeropuerto hasta que se resolvió su situación, sufrió el secuestro de su documentación y equipaje, y fue obligado a tomar un vuelo con escala en Lima, luego de ser conducido a la puerta del avión con custodia.
«Porque nosotros tenemos la soberanía como para decidir quién ingresa y quien no ingresa a nuestro país», manifestó la supervisora de Migraciones del aeropuerto de Bogotá.