La cifra habría llegado al 53,1% de la población si no se hubieran implementado planes de emergencia como el IFE o la tarjeta alimentaria. El 65% de los menores de 17 años viven en hogares pobres. Son datos del Observatorio de la Deuda Social.
Por la recesión y la crisis, agudizada por la pandemia y la cuarentena, volvió a escalar la pobreza. En un año, aumentó del 40,8% al 44,2% de la población urbana: son 18 millones de pobres. Si se incluye a la población rural, hay 20 millones de pobres.
De esos totales la indigencia subió del 8,9% al 10,1%: 4,1 millones indigentes urbanos o más de 4,5 millones si se incluye al sector rural.
Sin los bonos, IFE y otros programas sociales, la pobreza hubiera sido del 53,1% de la población urbana. Y por grupos de edad, sobresale la pobreza entre los menores de 17 años, que subió del 59,5% al 64,1% reflejando “una persistente infantilización de la pobreza en la Argentina urbana”. Son más de 7,5 millones de chicos y adolescentes que viven en hogares con carencias básicas. Por su parte, la indigencia subió del 14,8 al 16%.
Los datos son del Observatorio de la Deuda Social, de la UCA (Universidad Católica Argentina) relevados entre julio y octubre de este año y son los más altos de toda la serie que arranca en 2010. Corresponde a la «pobreza de ingresos» que surge de comparar los ingresos de los hogares con los valores de la canasta de indigencia y de pobreza.
Con relación a las mediciones del INDEC después de 2016, las cifras de la UCA son muy similares. Se estima que, en este cuarto trimestre, la pobreza habría seguido en aumento. (Clarín)