«Sería el desafío de mi vida», comentó el exitoso entrenador, en vuelo relámpago desde San Pablo; habrá más reuniones, también con Bielsa; el decisivo papel del Gobierno.
No lo esperaba. Edgardo Bauza, tiempo atrás, lo atesoraba como una fantasía. Realidad, lo que se dice realidad, era otra cosa: la certeza de que, algún día, va a dirigir el seleccionado de Ecuador. En la mitad del mundo, el Patón es una celebridad y no sólo por haber conquistado la primera Copa Libertadores con la Liga Deportiva Universitaria. Maritza, su mujer, y Nicolás, su pequeño tercer hijo, nacieron en esa tierra. El descalabro del fútbol argentino, de pronto, le abrió la puerta de su vida: hoy, ahora mismo, es el principal candidato para asumir como DT del seleccionado, largos días después del portazo de Tata Martino (un amigo, más allá de la rivalidad canalla y leprosa y también de la lucha de estilos) y luego de una charla con Armando Pérez, el presidente del Comité de Regularización de la FIFA, en un departamento de Recoleta. La conversación duró una hora y 40 minutos; distendida, amena, con la presencia de Gustavo Lescovich, su representante, y de Fernando Marín, titular de Fútbol para Todos, la pata política del asunto. «Al presidente le gusta el fútbol, una opinión va a dar», suscribió Pérez. Que, además, aceptó que tendrá una pizca de locura en el juego de nombres. «Casi seguro me voy a reunir con Bielsa también», informó, cuando parecía algo descartado.
Bauza está feliz de la vida, aunque con la lógica de su pensamiento: el equilibrio, ante todo. «Hablamos de fútbol, vinimos a hablar de fútbol. Manifesté que tengo muchas ganas y que es un desafío muy lindo y bueno. Sería el desafío más importante de mi carrera. A los dirigentes de San Pablo les dije a qué venía, pero todavía no hay nada. Viajo ahora porque el domingo tenemos un partido con Gremio que es difícil. Se van a juntar los dirigentes y después van a tomar la decisión», fueron las reflexiones del conductor del equipo paulista, que aterrizó a la tarde en Buenos Aires y volvió a Brasil por la noche. Sabe el Patón que no es el único candidato, aunque sí, el que largó primero. Para hoy está prevista otra reunión: con Miguel Russo, otra alternativa importante para Pérez. También, habrá encuentros con referentes de otro tiempo celeste y blanco, como César Menotti, Carlos Bilardo y Alfio Basile. Un modo de aceptar otras ideas, de proyectos largos y exitosos, más allá de sus matices («son libros abiertos», entiende el dirigente). Aunque la decisión final será tomada por Pérez, sin descartar sugerencias del Gobierno. Habrá conversaciones informales con Marcelo Gallardo y Eduardo Coudet. ¿Y Diego Simeone, el preferido de (casi) todos? Pérez viajaría a Europa para escucharlo.
«Simeone es el que más me gusta», se inclinó anoche Marín, que puede influir en la compulsa, según el gusto del Gobierno, que ahora interviene con mayor decisión en las cuestiones de la pelota. Políticas, económicas y. futboleras. «También me gustan Sampaoli y Pochettino», advirtió.
Leo Messi siempre está en el centro del debate: su ausencia provoca temblor. Algunos creen que hay que consultarlo por la designación del nuevo conductor, más allá de su cansancio y desgaste. «A Messi hay que tratar de convencerlo para que esté en la selección, pero hay que darle los tiempos, no hay que apurarse», explicó el Patón, ante la insistencia. La cabeza de Bauza, en realidad, está repartida: después de alcanzar las semifinales de la Copa Libertadores -la cuarta vez que lo certifica- debe levantar la puntería en el Brasileirao. San Pablo está noveno, el domingo jugará en Porto Alegre contra Gremio y ya extraña a sus figuras, Jonathan Calleri y Paulo Ganso.
El futuro próximo del seleccionado será doble: el 1° de septiembre jugará en Mendoza, contra Uruguay y el 6 chocará con Venezuela, en Mérida. La urgencia, lógicamente, tiene su fundamento. No hubo un ofrecimiento formal, porque la idea es continuar con la rueda de entrevistas. Sin embargo, el viaje relámpago y el haber sido el primer elegido, posicionan al entrenador que le dio a San Lorenzo su única Copa Libertadores como un candidato serio. Tiene una cláusula de rescisión, en caso de una irresistible oferta de un seleccionado. «Fue una charla para conocer en profundidad al Patón. Quedaron en volver a llamar.», le comentó anoche a La Nacion Gustavo Lescovich. «Todavía no hay nada, le manifesté que tengo muchas ganas. ¿quién no quiere dirigir a la selección?», se preguntó el Patón. «Me tengo fe. Ojalá se de», le contó a un hombre de su confianza, casi a punto de embarcar.