En el marco de la alerta epidemiológica emitida por el Ministerio de Salud de la Nación por riesgo de reintroducción del sarampión en la Argentina, pocos días después de que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertara sobre la existencia de varios brotes de la enfermedad en países de la región, entre ellas el primer caso autóctono en la provincia de Buenos Aires luego de 18 años, el pediatra y neumólogo, Pablo Alfonso, en dialogo con DECHIVILCOY, advierte sobre la situación y destaca la importancia de prevenir este tipo de enfermedades infecto contagiosas por medio de campañas de concientización y vacunación.
En este sentido, Alfonso explicó que “el sarampión es una enfermedad viral que tiene como particularidad su alta contagiosidad” que, en algunos casos, “tiene muchas complicaciones que pueden comprometer incluso la vida, entre ellas, las más frecuentes son las infecciones o coinfecciones asociadas al virus como la otitis, neumonía siendo la más frecuente con una tasa de mortalidad más alta, y las meningoencefalitis o encefalitis”.
En relación advirtió que, por motivo de las apariciones de dicha enfermedad en la región, “hay una alta preocupación en las autoridades sanitarias porque se sabe que cualquier susceptible que haya tenido contacto, condiciona una replicación altamente probable y eso es un foco potencial de generar la aparición de nuevos casos”.
Asimismo, manifestó que el contagio del sarampión sucede “a través de las gotas de la saliva, el virus se transmite a través de la vía respiratoria alta. Uno cuando tose, cuando ríe, cuando habla, emite pequeñas microgotas llamadas gotas de flugge, siendo factor transmisor del virus, y al tener contacto con una persona susceptible por su vía respiratoria produce la primera estación de replicación del virus y luego el desarrollo potencial de la enfermedad si es que no tiene anticuerpos para la misma porque no ha sido vacunado, porque la vacunación no fue del todo efectiva o porque su situación de salud condicionó la depresión de anticuerpos previamente adquiridos, por ejemplo por una enfermedad de tipo inmune como es el VIH Sida”.
En relación a las posibles “fallas” de la vacunación expresó que “aluden a una falla primaria que existe una vez que uno aplica la primer dosis, es entre 2% y 5% probable que no generen los anticuerpos adecuados”, y luego agregó que “una vez aplicada la vacuna hay un grupo poblacional muy importante que fabrica los anticuerpos adecuados porque la vacuna en realidad es efectiva, pero en el caso de la falla primaria se da una segunda dosis en lo que se llama vacunas de ingreso escolar, entre los 5 y 6 años, que disminuye muchísimo el impacto de ese fallo primario con lo cual quedaría una población susceptible”.
Ante esto hizo hincapié en la importancia, desde el punto de vista sanitario, “en la proyección, porque ese grupo de pacientes que no han sido un buen respondedor a la vacuna hace que se vayan acumulando año por año determinada cantidad de casos que son susceptibles para infectarse, y para eso sirven las campañas de vacunación que muy a menudo se diseñan en términos sanitarios para disminuir la población susceptible y para neutralizar esta condición”.
Además, informó que algunos de los síntomas de la enfermedad son fiebre, brotes en piel, conjuntivitis, tos seca y rinitis, denominados como triple catarro, y más tarde enfatizó que “la población que tiene más riesgo tiene es la población de corta edad, los menores de 2 años o menores de 5 años, en aquella población que aun vacunada tenga un fallo en la producción de anticuerpos por la vacuna aplicada, con lo cual es la población que por su condición susceptible tiene mayor cuidado sanitario”.
Luego apuntó que en varios países como Canadá, Estados Unidos, México, Colombia, Brasil y Venezuela hubo un alarmante aumento de nuevos casos informados de sarampión, “de manera que más allá de las recomendaciones habituales para la vacunación de la población que incluye el calendario de vacuna obligatorio, en chicos desde los 6 hasta 11 meses son objeto de recomendación si fuesen a algunos de los países de la nómina anterior en condición de viajeros, y que se vacunen por lo menos 14 días antes para evitar la exposición probable en un país donde el virus parece estar circulando en aumento”.
En relación al tratamiento de la misma, dijo que “no hay un tratamiento, como la mayoría de las enfermedades virales, más que sintomático y de sostén, y a veces en expectancia de las complicaciones asociadas probables, el chico que tiene la enfermedad en su inicio puede ser objeto de observación activa del grupo médico y detectar complicaciones eventuales inmediatas”.
En este sentido, haciendo alusión al valor del trabajo de concientización y en los programas sanitarios de aplicación de la vacuna, “se pretende que por lo menos el 95% de la población susceptible sea vacunada para evitar la circulación viral. Como país estamos por debajo de esa cifra, estaremos rondando el 90% o 92% de cobertura, eso preocupa y por eso están las campañas”.
En cuanto a las posibles secuelas, Alfonso explicó que las mismas “pueden existir desde el punto de vista neurológico en un 25% de los casos que describen algunos infectólogos sobre todo para meningoencefalitis aguda, porque hay otro cuadro que también se asocia al virus del sarampión que es la panencefalitis esclerosante sub-aguda, un cuadro bastante raro no se ve tanto desde los años ´80, pero excepcionalmente puede ocurrir y se da como un cuadro de deterioro neurológico crónico y progresivo que muchas veces, con el antecedente de la infección aguda por sarampión, uno podría correlacionar esa patología con la causa probable y el virus del sarampión pocas veces está implicado”.
Por último, con respecto a la alerta del brote de sarampión mencionada por los medios de comunicación, opinó que “uno podría bajar un poco los decibeles de alarma, lo que se ha hecho es generar una alerta que se llama epidemiológica, qué quiere decir esto, que uno tiene que aumentar un poco la capacidad de observancia y de actuar en consecuencia para el diagnóstico definitivo correcto, y diagnosticar la situación que se sospeche como probable caso de sarampión con las pruebas de determinación de laboratorio disponibles, y en función de eso, abrir un abanico de respuestas. Lo que se ha propuesto es esa alerta de vigilancia epidemiológica pero no la inminencia de un brote”.
Y finalmente concluyó y resumió que “lo más importante es que uno tenga en este nivel de alarma algún canal de comunicación de ida y vuelta, tranquilizador y que le dé la seguridad necesaria entre la familia y el pediatra que en este caso intervenga, como para que esta situación se modere con la consulta médica y se tomen las medidas adecuadas”.
El Dr. Pablo Alfonso amplia (*)
Como la información se va actualizando hora por hora, parece que se estaría evaluando el caso de sarampión que motiva la nota, no ya como autóctono sino como un probable contagio con algún caso proveniente del exterior.
Está conclusión primaria surge luego de evaluar los contactos cercanos de la bebé y actualmente se trabaja en control de foco y la difícil tarea de encontrar el caso índice presuntamente extranjero.
Por ahora la alerta de vigilancia se mantiene igual y todos los padres que han cumplido con las vacunas obligatorias para la edad de cada niño, deben quedarse tranquilos respecto de esta situación, porque están protegidos.