Eso decía la inmensa Adelina en el año 2014 en la presentación de su libro “La Marca de la Infamia” -investigación histórica sobre el terrorismo de Estado en plena dictadura militar- nosotros desde Chivilcoy, decimos “Adelina nos pasó como Pueblo y como argentinos, nos pasó a todos”.
Profundo dolor y tristeza provocó en nuestra ciudad, la noticia del fallecimiento de una de nuestras Madres de Plaza de Mayo oriunda de Chivilcoy, en la ciudad de La Plata, luego de una prolongada enfermedad, a los 88 años de edad.
“Aparte de los homenajes, es necesario la búsqueda de la verdad” decía a DECHIVILCOY, hace dos años, en las aulas de la Escuela Normal, “todavía no incorporamos que nos pasó a todos, no le pasó a Adelina solamente, todavía sigue siendo para algunos, pero no, nos pasó como Pueblo y como argentinos, a todos” sentenciaba sin tapujos esta incansable luchadora por los Derechos Humanos y docente, nacida en Chivilcoy el 5 de junio de 1927.
Su hijo, Carlos Esteban Alaye fue secuestrado en Berisso por el Gobierno Militar y aún sigue desaparecido. Como ella misma lo contó innumerable de veces, registró su peregrinaje con una máquina de fotos Kodak, “escondida entre la ropa”, muestra de ello se evidenció al quedar inaugurada la muestra homenaje del fotógrafo chivilcoyano Daniel Muchiut -con motivo de la imposición de nombre al Museo Histórico de Chivilcoy “Adelina Dematti de Alaye” – en dicha ocasión, Muchiut compartió la muestra con las fotos de la propia Madre de Plaza de Mayo, además de presentar una serie realizada en el departamento de la ciudad de La Plata, en la que se destaca la tradicional y emblemática ceremonia de colocarse el pañuelo blanco.
Otro momento atesorado para los chivilcoyanos, fue en el Centenario del natalicio del escritor Julio Cortázar en agosto del 2014, cuando Adelina vino especialmente y recordó no sólo a quien fuera su profesor de historia en el tercer año de la Escuela Normal, sino a quién elevara su voz, ya en París, cuando ella se le presentó diciéndole “si me recordaba, que había sido su alumna, pero en ese momento buscaba a Carlos y que era una Madre de Plaza de Mayo y que necesitaba su ayuda” contaba a este medio, en su momento.
Corría el año 1981, y fue entonces que Cortázar leyó “Negación del olvido” en la apertura del Coloquio de Abogados en el senado francés y Adelina le pidió una copia. “me la mandó hecha en su máquina, con los errores corregidos. Y me agregó un papelito, de su puño y letra, donde dice: “con el afecto de siempre”.
Distinguida Ciudadana Ilustre de La Plata y de Chivilcoy, Ciudadana Ilustre de la Provincia de Buenos Aires (Cámara de diputados 2008), su archivo personal fue declarado «Memorias del mundo” por la UNESCO 2007. Además de los aportes de su libro “La Marca de la Infamia” que aborda la temática del enterramiento y las inhumaciones irregulares de cuerpos de desaparecidos ingresados como N.N. al cementerio de La Plata durante la última dictadura cívico-militar.
Adelina precisó en la presentación de su libro en La Plata que “demuestra con documentos originales y copiados que los médicos policiales de la época de la Dictadura -muchos de los cuales aún siguen ejerciendo- fueron uno de los eslabones más importantes para que se ocultara y para que tuvieran inmunidad los asesinos genocidas”. Detalló que el libro se elaboró a partir de información y certificados de fallecidos NN que ella acumuló desde 1998 y especificó que “hay una copia fiel del documento oficial de las inhumaciones en el cementerio de La Plata desde el año 1976 a 1983”.
También, entre otros reconocimientos, la Universidad Nacional de La Plata la designó Doctora Honoris Causa en Derechos Humanos (6 de mayo de 2010).