
Hoy, en este 7 de mayo, conmemoramos el natalicio de una figura que trascendió la historia argentina: Eva Duarte de Perón, Evita como le decía el pueblo, Nacida en nuestra tierra, Evita no fue solo la esposa de un presidente, sino una militante incansable y una dirigente política que supo conectar profundamente con las necesidades y anhelos del pueblo argentino.
Desde sus humildes orígenes, Evita demostró una sensibilidad especial hacia los más desfavorecidos. Su compromiso social la llevó a involucrarse activamente en la vida política, convirtiéndose en un puente fundamental entre el gobierno y la ciudadanía. Junto al General Juan Domingo Perón, encarnó una visión de justicia social y reivindicación de los derechos de los trabajadores, marcando un antes y un después en la historia de nuestro país.
La influencia de nuestra compañera fue inmensa. Su oratoria apasionada, su cercanía con la gente y su ferviente defensa de los derechos de las mujeres y los trabajadores generaron una ola de simpatía y adhesión sin precedentes. Su labor al frente de la Fundación Eva Perón dejó una huella imborrable en la asistencia social, la salud y la educación, llevando ayuda concreta a quienes más lo necesitaban.
Evita, trascendió lo político, convirtiéndose en un símbolo de esperanza y transformación para millones de argentinos. Su entrega y dedicación al pueblo, incluso en los momentos más difíciles, la consagraron como una líder carismática y una figura emblemática de la lucha por la igualdad.
Recordar a Evita es rememorar un legado de compromiso, militancia y profundo amor por su pueblo. Su ejemplo continúa inspirando a quienes creemos en una Argentina más justa libre y soberana, su voz, que se alzó en defensa de los humildes, resuena aún en la memoria colectiva de nuestra nación.