Al cumplirse el 52 aniversario del regreso al país del General Juan Domingo Perón, culminando así diecisiete años de exilio, los Militantes Peronistas recordamos a nuestro líder, que predicó la Unidad Nacional, la necesidad de Reconstruir la Argentina y el nuevo apotegma justicialista “para un Argentino no hay nada mejor que otro Argentino”.
Nosotros sabemos que no puede haber Peronismo sin participación popular, que no se hace Peronismo si no se lucha por la Justicia Social, que no se puede concebir el Peronismo sin el Movimiento Obrero Organizado como su columna vertebral, sin la participación de la mujer, de la juventud y con la militancia del querer hacer y compartir juntos el objetivo de lograr la felicidad del Pueblo.
Muchos compañeros han hecho honor a la palabra “militancia”. Muchos han dejado su vida por sus convicciones. Miles y miles de trabajadores durante la resistencia son un claro ejemplo de ello. Lucharon por traer a Perón a su patria porque sabían que era la única forma de lograr un país más justo, libre y soberano. Lo habían vivido cuando Perón gobernaba y, por contraste, lo habían sufrido con las dictaduras que le sucedieron al gobierno justicialista.
Por todos ellos recordamos cada 17 de noviembre el “Día del Militante”, no para ponerle una vela al almanaque sino para levantar las banderas de todos aquellos que pensaron y actuaron en función de objetivos comunes con el único fin de tener un país con justicia social. Nuestro único deber es tratar de imitarlos todos los días.
Decía la compañera Evita: “el Partido Peronista no es un partido político: es un movimiento nacional; es un movimiento de reivindicaciones sociales y de soberanía; un movimiento que nos ha dado a los argentinos el privilegio de que nuestro conductor el Gral. Perón pueda entregarnos una patria más justa, más libre y más soberana. El Peronismo no se aprende ni se proclama, se comprende y se siente”. Y esta es profundamente la militancia peronista.